En Cataluña, un 8,7% del colectivo profesional dedicado a la tecnología son mujeres. Si el 91% de los profesionales que trabajan en el ecosistema digital son hombres, lo habitual es que los proyectos tecnológicos que se desarrollen partan de una visión del mundo masculina. ¿Sería bueno cambiar esa dinámica para evitar sesgos de género?

La respuesta es sí. Es la conclusión de la última sesión de Sabadell Forum sobre el ciclo IA Confiable que contó con la presencia de la catedrática de la UPC-Barcelona Tech y asesora de la Comisión Europea en asuntos de inteligencia artificial (IA), Karina Gibert, y del director de la Comunidad de Analítica e Inteligencia Artificial de Banco Sabadell, Alesander Gómez. Ambos debatieron sobre los riesgos y oportunidades de la diversidad de género en IA, en un acto moderado por la directora de Asesoría Jurídica Internacional y miembro del colectivo SWING, Esther Nin.

 

 

En una entrevista publicada el pasado 20 de octubre en El País, la exdirectora de IA responsable de Google y fundadora de Diverse IA, Toju Duke, lamentaba que el debate sobre la inteligencia artificial se haya centrado en el peligro de la existencia de la humanidad que comporta su uso, cuando el verdadero problema, desde su punto de vista, es que hoy esta herramienta discrimina a la población y amplifica injusticias sistemáticas que deberían haberse eliminado.

 

Imagen del ciclo sobre inteligencia artificial sobre diversidad de género

 

Una de estas injusticias es la existencia de sesgos. Karina Gibert y Alesander Gómez pusieron el foco en cómo el sesgo de género impacta en la IA. Que haya mujeres que no tengan opción a acceder a un crédito, a un puesto de trabajo o a unas subvenciones sociales, por citar algunos ejemplos, puede estar determinado por unos sistemas tecnológicos, cuyos algoritmos se hayan nutrido de datos sesgados. Así lo reconoció Karina Gibert: “Los datos ya están sesgados de base. Es muy importante vigilar sobre qué universo tiene que actuar una IA y asegurar que la estamos alimentando con unos datos que representan todos los segmentos que hay en ese universo. Hemos pecado de una cosa que no es propia de la IA: ¿Por qué no nos hemos preocupado por la fiabilidad de las muestras de datos que es lo que alimentan los algoritmos? Ese es un problema muy conocido”. Un problema que debe ser abordado con una adecuada ética del trabajo y una regulación global europea que proteja los derechos de los usuarios y que a la vez no restrinja la capacidad de desarrollo e innovación para no perder competitividad con los modelos de IA que se desarrollan en EE.UU y China. “La ética -subrayó Karina Gibert- va más allá del sesgo, porque estamos hablando del derecho de las personas, la privacidad, la igualdad de oportunidades, entre otras muchas cosas. Se puede sacar un producto legal, pero no ético. Por eso tenemos que ir más allá de lo que marque la ley. Habrá una parte del modelo ético que quedará regulado, pero habrá otra parte que quedará como recomendación”. En este sentido, Alesander Gómez añadió que es relevante también que la sociedad adquiera una conciencia o cultura digital, que reivindique sus derechos y para ello pidió que cada persona que interactúe con la IA tenga interés en saber cómo le impacta la IA en su privacidad.

 

Imagen de la charla sobre inteligencia artificial confiable

 

No obstante, para evitar los sesgos de género no es suficiente contar con un modelo ético y una buena regulación. Por ello, los dos participantes de Sabadell Forum ahondaron en la idea de que hay animar a que las mujeres copen el espacio tecnológico y muestren más interés por las profesiones STEM. La tecnología debe feminizarse. Y no solo es bueno para lograr la equidad en el sistema, sino porque los resultados demuestran que las empresas dirigidas por mujeres ofrecen mejores resultados que las que están dirigidas por hombres, tal y como enfatizó Karina Gibert: “Diversos estudios señalan que las empresas dirigidas por mujeres emprendedoras, sobre todo en el ámbito tecnológico, registran mayores beneficios, del orden del 4%, que las que están dirigidas por hombres. El liderazgo de la mujer en estos ámbitos que tienden a ser más colaborativo produce dinámicas más productivas”.

Karina Gibert: “Las mujeres que estamos en tecnología tenemos que dejarnos ver; las niñas necesitan referentes femeninos”

Ante esta realidad, la pregunta clave es: ¿qué hay que hacer para que las mujeres se sientan seducidas y apuesten por una carrera profesional tecnológica? Para la catedrática de la UPC-Barcelona Tech es un tema muy poliédrico que abarca toda la cadena de desarrollo vital de una mujer. Porque todo arranca, afirmó, desde una visión ancestral y patriarcal en cuanto a que el papel de la mujer en la vida es ocuparse de los demás, ya sea en el ámbito familiar, educativo, institucional o medios de comunicación. En su opinión, hay que romper con ese estereotipo y considera fundamental que las niñas tengan referentes femeninos. “Las que estamos -apuntó Karina Gibert- tenemos que dejarnos ver. Es importante que las mujeres del sector y las que ocupan puestos de liderazgo salgan y se expliquen. Podemos hacer muchas cosas como por ejemplo construir redes de mujeres, tal y como habéis hecho las mujeres directivas de Banco Sabadell creando el colectivo SWING para identificar déficits de género”. Por ello, tanto Karina Gibert como Alesander Gómez, coincidieron en señalar que es necesario que tanto hombres como mujeres tengan sensibilidades de género para construir un mundo más representativo, equitativo y justo.

Estos fueron algunos de los asuntos tratados en el ciclo IA Confiable que organiza la Dirección de Analítica e Inteligencia Artificial en el marco de Sabadell Forum y que en esta ocasión contó con la colaboración del colectivo SWING.

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